¿Y los perredistas?

Los Abarca entre banderas del PRD
Gubidxa Guerrero

[Texto publicado en Enfoque Diario, el viernes 17/Oct/2014]

Dos verdades. La primera: no sólo el Presidente de la República, Enrique Peña Nieto, reaccionó tarde. Buena parte de la sociedad tardó en percatarse de la dimensión de los hechos. Fue hace casi tres semanas que mataron a seis personas (entre ellas 3 normalistas) y desaparecieron a 43 estudiantes de Ayotzinapa. El centralismo mexicano hizo de las suyas, como en otros momentos de duelo nacional. Puesto que no sucedió en la capital, el asunto se relegó.

La segunda verdad: el gobierno municipal que los mató ―Iguala de la Independencia― es perredista, el Estado donde sucedieron los lamentables hechos ―Guerrero― también es perredista. Los principales responsables materiales e intelectuales de la masacre se dicen de izquierda. Fueron apoyados en su momento por la estructura del partido que se fundó hace un cuarto de siglo, incluyendo Andrés Manuel López Obrador, que en 2012 no sólo pertenecía a dicho partido, sino que era su candidato presidencial.

¿Y los amarillos? ¿Dónde están ellos a tres semanas de la matanza? Guardando un sepulcral silencio, esperando que pase el maremoto o que la opinión pública enfoque sus baterías al gobierno federal. En el peor de los casos, sumándose a “la causa”, cual oportunistas. Gritando “¡al ladrón!”, señalando para otro lado, con la intención de que no se les finque responsabilidad moral.

El destacado escritor mexicano Octavio Paz, uno de los más importantes de todo el siglo XX, merecedor, además, del Premio Nobel de Literatura, tuvo la decencia de renunciar a la Embajada de México en la República India en 1968, cuando la matanza de Tlatelolco. En aquellos años no había Internet y las noticias se daban a cuentagotas o totalmente tergiversadas. Dejó un cargo diplomático de suma importancia por la única razón de no servir a un gobierno responsable de reprimir al movimiento estudiantil. Con todo y lo anterior, nunca faltaron voces que lo llenaron de infamia...

Me pregunto yo: ¿Alguien ha renunciado al Partido de la Revolución Democrática durante estos días? ¿Alguien ha dejado el cargo de delegado o funcionario del partido? Ni que estuvieran locos; ni que tuvieran la dignidad de don Octavio…