Paranoia en USA

Imágenes del atentado en Boston
Gubidxa Guerrero


El mismo libreto: un bombazo en una de las ciudades más importantes de Estados Unidos de América. Como parte de una historia que se repite, el mundo vio con indignación y asombro cómo la potencia más poderosa del mundo sufría un “atentado terrorista”.
     
Hasta el ex Presidente de México, Felipe Calderón Hinojosa, dio información en tiempo real desde su cuenta de Twitter. Varios muertos, decenas de heridos y millones de asustados, fue el saldo preliminar.
     
A las pocas horas se manejaban los nombres de los principales sospechosos: dos jóvenes islámicos de origen checheno pero con ciudadanía estadounidense llamados Tamerlan y Dzokhar, apellidados Tsarnaev.
     
Boston vio cómo se paralizaba la actividad académica y económica por el supuesto afán de capturar a los sospechosos. El primero de ellos, joven de 24 años, fue abatido a tiros luego de dar muerte a un policía que intentaba capturarlo. El segundo fue gravemente herido y no ha podido declarar. Este último tiene 19 años.
     
Lo increíble es que nadie se inmutó cuando el FBI afirmó que “no se leerían los derechos” al segundo de los sospechoso en caso de ser detenido. Hablaron de una situación excepcional para que el joven “terrorista” no gozara de las medidas a que todo ciudadano tiene derecho en el coloso del norte.
     
La gente se mantuvo callada. Fuera de algunos intelectuales, muy poca gente objetó cómo en nombre de la “seguridad nacional” se despojaba de sus garantías al muchacho que seguía con vida.
     
Antes de que se un juez los procese, los medios informativos ya declararon culpable a dos personas y aceptaron que a uno se le asesinara impunemente.
     
No quiero pensar mal, pero esto parece un burdo montaje. Si los avionazos del 11 de septiembre de 2001 todavía siguen dejando mucho qué desear, estos bombazos caseros en pleno maratón de Boston resultan todavía más sospechosos.
     
Ahora sabemos que el gobierno ruso advirtió desde hace dos años a las autoridades norteamericanas. Ello hace que la sociedad desconfíe todavía más del FBI, pues si sabía de la peligrosidad de los supuestos atacantes, ¿por qué no hizo nada?
     
Los delitos no sólo son de acción sino también de omisión. Parece que los yanquis conocían las intenciones de dos muchachos radicales y no quisieron impedirlo. 
     
¿Alguna nueva guerra se desatará? ¿A qué país se culpará de la autoría intelectual de los bombazos en Boston? Ojalá estos lamentables hechos queden como una triste noticia, y no como el preludio de una nueva invasión…


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Texto publicado en NOTICIAS, Voz e Imagen de Oaxaca el jueves 25/Abr/2013]