Opinión: Más pejista que 'el Peje'

Enrique Peña Nieto.


Por Gubidxa Guerrero

[Texto publicado en Enfoque Diario, el miércoles 05/Dic/2012]

En el idioma castellano es bastante común utilizar la frase “más papista que el Papa”, queriendo dar a entender que una persona aplica cierta norma o principio de forma más estricta que quien la promulgó o que el espíritu mismo que la norma exige. 
     Hoy resulta común hablar de la pensión a los adultos mayores, del seguro médico universal, de la necesidad de reactivar los ferrocarriles mexicanos y otras medidas inclinadas a la izquierda. Es forzoso mencionar que ese tipo de políticas públicas (que hoy se aplican, entre otros Estados, también en Oaxaca), fueron impulsadas de forma importante por quien se desempeñara como Jefe de Gobierno del Distrito Federal de 2000 a 2005: Andrés Manuel López Obrador. 
     Fueron medidas como el apoyo a madres solteras y becas a los estudiantes, las que catapultaron a López Obrador como candidato de las izquierdas. En su momento algunas de éstas fueron tachadas de “populistas”; y, ciertamente, tuvieron alguna carga de asistencialismo pensando sobre todo en la sucesión presidencial. 
     Durante la campaña electoral de 2006 el tabasqueño anunció una serie de principios como ejes de su Proyecto Alternativo de Nación. Sin embargo, no logró llegar a la presidencia. 
     En 2012 insistió nuevamente sobre las premisas fundamentales de su proyecto, poniendo énfasis en vincular el sur con el norte, en incentivar los ferrocarriles y las comunicaciones nacionales, y aplicar medidas similares a las que puso en marcha cuando se desempeñó como alcalde de la ciudad más poblada de nuestro país. 
     ¿Y por qué titulé así la columna de hoy? Porque, de la misma manera, quien revise las trece medidas que dio a conocer Enrique Peña Nieto el primer día de su mandato, verá postulados congruentes con lo que hubiese firmado un gobernador de extracción perredista, o para ser más precisos, con lo que ofreció el ex candidato presidencial Andrés Manuel López Obrador.
     Así, por ejemplo, el ahora Presidente de México pretende crear un programa nacional de prevención del delito, que recupere espacios públicos mediante programas sociales. También promulgará la Ley de Protección a las Víctimas, tal como la aprobó el Congreso, para evitar enredarse en una controversia constitucional desgastante: “Estoy convencido de que el delito no se combate con la fuerza. México exige vivir en paz”, dijo.
     Asimismo, impulsará una cruzada nacional contra el hambre, y apoyará económicamente a madres de familia. Lo que remarcó con un: “Es indignante e inaceptable que millones de mexicanos vivan en hambre”.
     En donde, inclusive, superó a los gobiernos de izquierda fue en la ampliación que espera dar al programa de ayuda a adultos mayores, mismo en que podrán ser atendidos desde los 65 años y no hasta los 70, como es en casi todas las administraciones. Se pensará en acciones para combatir la desigualdad económica; se impulsará una reforma de la educación y se procurará que haya mayor competencia en las telecomunicaciones (se licitarán dos canales de televisión abierta; lo que no será de mucho agrado para Televisa).
     Finalmente, una de estas trece medidas prevé impulsar el sistema de transporte de trenes y ajustar el gasto público con medidas de austeridad. ¿Les recordó a alguien?